Lo primero en la mente: Palabra Cortada.
Alguna señal se detecta en las postales. Y todo eso, ¿para qué?
Gibrán pone el anzuelo para capturar la imagen.
Hay rosas y bermellones en los bordes. La imagen contrasta
con la realidad de afuera.
El hombre de la postal ríe y llora. Toma como pretexto
su autobiografía para sacar conclusiones. El reír y el llorar
son serpientes que se muerden la cola.
Todo en un gesto se simplifica como la imagen de una persona
al borde de un pozo.
La máscara oculta el verdadero deseo del demente.
Llegar a la basura y restarle escombro fue una acción deliberada.
Algo tenía que suceder después de ese reencuentro
con su sombra; una sombra que le dicta quién es para no olvidarse.
Ni perderse de nuevo en los subterráneos de la locura.