UMBRALES

De fuego y quebranto serán    aunque ojos
demasiado abiertos han corrompido espacios en paredes
que tejer salidas enreden lo imposible
        Fuego Quebranto    Abre los cerrojos     y pon
la carne al descubierto para deslizar las noches
que llevamos dentro como un Dios de guerra en una furia
        Decir palabra es sacudirse la abstracción
poner sobre la vista el mapa de la tierra adherida
en la que encontramos huesos 
pacientes búsquedas  en camino hacia   rutas espejeables
que me pierden y te pierden
y así no hay interior que perezca como la tanta
soledad de los pasos
        Sin detenerme ante umbrales Voy sigiloso
Vamos envueltos en una masa extraña que se contamina con el humo
gestado de calles y fábricas
            V  a m o s   sin guía    sin lámpara en mano
ya casi con el hueco del esqueleto.


(Publicado en el Fanzine Kiosko Volador, número 6, agosto de 2023, Ciudad Sahagún, Hidalgo, México).


Dictamen

Pongo a prueba la brasa de mi cuerpo.

Le concedo un plan robusto de dudas,

en el almacén donde yacen raíces muertas

con el fango posterior a la caída del agua.

Le pongo a tejer pasos en coordenadas de asombro;

todo un día para leer avisos en labios diamantados,

la próxima piel en la penumbra,

el dedo en el borde del continente de tela,

el dedo en el elástico de una goma pegajosa.

Ya bajé un peldaño y descubrí que aún tiembla mi brasa,

aposentada a una ruidosa soledad soñó con muros colapsados,

la escapatoria final de sus propios cuerpos que la ahogaron

hacia calles libres para descifrar la contención del aliento;

ese vaho que emite el temblor de la garganta.

Se descubrió inmersa en planicies de odio, y en el juicio obtuso

con el que siempre condenaron la pregunta,

la duda, el accionar, el eterno accionar del alma

que no se bastaba a sí misma, y marchaba lejos,

tan lejos de la casa.

La intriga hostigó lo que pudo,

destruyó cimientos, lo apenas edificado… con escasos años;

pero no al hombre que soy detrás de la puerta,

poniendo el oído al dictamen,

al resultado final que fraguará un rostro nuevo.


(Publicado en la Revista Sinfín, CdMx., marzo 15, 2015).


Telarañas

En un tránsito de sueño,

la libélula recorre polvo anegado en el vidrio.

Es como el correr de pies en agua sucia,

darse un clavado con mandíbulas rotas al abismo

y salir a flote con pedazos de cristal en la boca.

Si llevara un ojo atento, despierto.

No cabizbajo, ni obsesivo de pintar estos hilos en desvelo

justo donde los párpados tejen redes al cerrarse;

extensas redes que atraparán los peces

de la imagen más frágil.

Si llevara un ojo atento

todo mi rencor abordaría la ruta accesible,

sólo para saberse liviano,

seguro de flotar en telarañas del viento.


(Publicado en la revista Sinfín, CdMx., mayo 16, 2015).


Intermedio

Pareciera que nada tengo:

que nada ha bajado a la página,

que ningún verso se ha desatado

de la rama de la noche,

que nada es posible.

Pongo mis hojas al sol para verles crecer sus raíces,

lodo que dé muerte a ese blanco inaudito

que todo inicio es.

Preocupa a veces por sus dimensiones,

por la inexactitud en lo que dice.

Se prolonga un intermedio entre verso y verso

y así la fronda cae,

tiende puentes de lianas

donde pasarán espirales de formas encorvadas,

figuras, y todo acertijo que dará muerte

al diurno albor nacarado,

pero no, no es así.

El intermedio se prolonga,

descansa entre línea y línea.

Su enorme vacío se dilata

hasta las horas altas de maleza

en que yo suspendo el transcurrir

de pies ajados por lajas avaras,

ásperas en el intento

de conducirme a descifrar.


(Publicado en la revista Sinfín, CdMx., marzo 15, 2015).


Poética (del barrendero)

No apuro mi cuenta regresiva. No apuro el graznido de frases dislocadas. Cortando la leche, –mala leche que es la circunstancia–, me clavo en el agrio sudor de la intemperie. Esta comarca me tiene con ojos boyantes. Inquieto de mi sombra busco escalofrío. La gruta de la noche me sigue. Todo me sigue. En la escalera dejo fosilizado mi paso, escalera eléctrica de mi paso veloz y flotante.

–¿Acaso un estruendo por describir?–. Porque escribir es todo lo apuntado en una página de piel; con un riesgo para salvar preguntas y perpetuarse en la planicie desierta que respiro. Y todo el escombro es la causa para usted, barrendero de días muertos por barrer. He comprado escobas; sus fibras sensibles llegarán a lo más profundo y darán limpieza a este rencor de trenzado esquema que es mi basura.


(Publicado en la antología Poesía I, Programa Escritura Creativa, UCSJ, CdMx., 2009).


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