tarJETA de identificación

Como alguien que pierde la señal

y se encuentra en medio del naufragio.

Así yo, que me presento con mi jeta y mi

nueva piel:

semblante cubierto

por una lluvia de balas… Más ficticio no podría ser

ese despliegue de luciérnagas

que han agujereado el rostro donde

nada pasa. Balas, luces, centelleos

que son ráfagas en mi cambio de domicilio,

en mi lengua que se enrosca viva

como el tentáculo del pulpo en cacerola

de espantos.

Por no decir que hay más muerte entre lugares

y transiciones: de un lado a otro, con

nuevo nombre con nuevo rostro. Al fin

lo giratorio lleva la velocidad sensata

pero ningún movimiento podrá generar

el cambio de página, de piel,

de nombre.


(Publicado en el Fanzine Kiosko Volador, número 6, agosto de 2023, Ciudad Sahagún, Hidalgo, México).


El centro de la voz y un pretexto

Los loros de alguna leyenda… Escapadas y en los aires

porque palabras más, palabras menos, y así en los libros

de entre sus páginas: loros sin liras más verdes que

el cerro pintado al finísimo óleo

loros al fin que repiten discursos y se copian

las respuestas que bendice el aire y desteje, ¿quién?

Como voces que reptan, así la voz mía que se estira

cual cuerpo ante el indicio solar en la ventana

Somos en el asfalto un poco de mugre y aceite

cuando loros por la vida vamos

nada nos espera todo : ciega incertidumbre

hasta en el río tráfico de voces repetidas dadas a decir lo mismo

Así, mi terapia mi oído abismal mi contradefensa

mi diario de la de la de LA Lira y nos vamos

por una última a enredar en gruesa lengua el sonido de LA

y de le y de lu – – – narías en centros de donde viene la VOZ.



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